“Lo and Behold: Ensueños de un
mundo conectado” de Werner Herzog.
Por: Josué Flores Remigio.
No importa la hora, el día de la
semana, el tipo de persona que seamos, o la edad qué tengamos, lo cierto es que
cada uno de nosotros, habitantes del planeta tierra, nos enfrentamos día a día
a una serie de problemas específicos que nos demandan una solución inmediata
para poder continuar con nuestra rutina diaria. Es sólo entonces, y desde 1969,
que Internet se ha vuelto la herramienta de primera mano para que cada uno de
nosotros podamos resolver este tipo de percances. Sin embargo, después de
introducirnos a este mundo conectado por la red, hemos olvidado preguntarnos
¿qué tanto hemos reflexionado acerca de este mundo virtual llamado Internet?
En lo que esperamos esta consideración
personal, dejemos que el cineasta Werner Herzog nos presente a través de este
documental, su reflexión acerca de las influencias, tanto positivas como
negativas, de lo que Internet ha producido y trasformado para la sociedad,
desde sus orígenes a finales de la década de los sesenta del siglo pasado,
hasta hoy en día.
Y tú ¿Te puedes imaginar cómo
empezó esta época cibernética? o, ¿Si el desarrollo científico ya ha sido capaz
de trasformar lo inimaginable en algo real? Mejor aún, te has preguntado
¿cuáles han sido las consecuencias que Internet ha traído a la humanidad?, o ¿qué
tan dependientes somos del Internet hoy en día?, pues bien, estas y otras
preguntas pretenden ser contestadas por un grupo de especialistas de distintas
áreas del conocimiento que se dieron a la tarea de explicarnos cuáles podrían
ser las consecuencias del uso de Internet hoy, y en un posible futuro, dentro
de la vida humana.
Entonces te repito, ¿te lo has
preguntado? Para encontrar algunas ideas para responderlo, te invito a
disfrutar este documental, a cuestionar cada uno de los apartados, a producir
una crítica del contenido y sobre todo a formular tu propia reflexión sobre los
distintos puntos aquí tratados, de los cuales, estoy seguro que algo
aprenderás, tal y como yo provechosamente ya lo hice.
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