Tuesday 14 June 2016

Storytelling: Tan efímero y tan infinitamente pequeño.

Se puso a pensar en todos sus problemas, en todas las presiones, en todas la ganas que tenía de escapar de la ciudad o mejor aún, del mundo.
Decidió sumergir las manos, en suave pasta rosa y se colocó en un lienzo donde no sabía si todo era blanco o de color de la nada. Vio por fin el lugar que tanto había anhelado: un inmenso espacio decorado con estrellas, asteroides y planetas, un lugar donde había calma, donde no existía aquel estruendoso ruido de martillos sobre metal en una construcción, ni siquiera el del roce de un lápiz sobre un papel anotando a toda velocidad relaciones entre dinastías y fechas. Todo era grande pero a la vez tan pequeño.
Se comparó con lo que le parecía majestuoso, primero comenzó con un planeta anillado y encontró un límite entre las dimensiones de aquel inmenso cuerpo y el suyo, evidentemente el que le pertenecía era más pequeño, pero después observó al horizonte de su universo planetas enormes que a la distancia parecían más chicos, no sabía qué tan lejos estaban, no sabía cuánto tiempo ya había pasado desde la primer estrella que vio. 
Se percató de que su presencia era lo más mínimo en el universo, de que sus "enormes" problemas nunca habían afectado la dirección de los asteroides o el movimiento de los planetas. Por un momento sintió que era nada, como el color del lienzo, que incluso en algún punto el colosal planeta anillado era nada comparado con el infinito, de algún modo le dominó la crisis y el terror. Entonces colapsó y para regresar vio sus manos, vio la pasta rosa, la hoja de papel y el universo que había creado.



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