La
rebeldía juvenil de los Sex Pistols festejó, en 1977, el jubileo de plata de la
reina Isabel II desde una embarcación frente al Palacio de Westminster.
La familia real representa el orgullo británico para
una buena parte de los súbditos del Reino Unido. Es su institución más representativa. Por lo
tanto, el hecho de que la reina cumpliera veinticinco años en el trono era
motivo de una gran celebración popular. Pero no todos estaban alegres hacia
finales de los setenta. Un grupo de jóvenes logró colocar públicamente su
desfavorecida voz mediante un movimiento desafiante, rudo, transgresor: el
punk.
De entre la
escena construida alrededor de la desesperación de estos jóvenes de clase media
y baja por su marginación, destacaban los Sex Pistols. El cuarteto integrado
por Johnny Rotten, Steve Jones, Syd Vicious, y Paul Cook reforzó su imagen
retadora con su sencillo de mayo de 1977: God
Save The Queen. En él se resaltaban algunas de las “virtudes” que ellos encontraban en la reina: por
ejemplo, su inhumanidad, o lo fascista de su régimen. Al son de “No hay futuro” los Pistols se pitorreaban
de los festejos del Jubileo de Plata de la reina.
La evidente confrontación no podía quedarse en la
publicación de un sencillo. No para un movimiento escandaloso como el punk. La
cereza en el pastel de los actos oficiales era un viaje que realizaría la Reina
por el río Támesis el día 9 de junio, emulando los paseos ceremoniales de
Elizabeth I. Dos días antes, Malcolm McLaren, famoso manager de los Pistols,
rentó una embarcación llamada “Queen Elizabeth”. A bordo de ella, la banda y su
séquito de seguidores se internaron en las aguas del Támesis con rumbo al
Palacio de Westminster, sede del Parlamento británico. Ahí comenzaron a tocar.
El show fue breve, pero intenso. La navegación hacia
su destino se caracterizó por un ambiente tranquilo, casi como el de una
recepción formal (con barra libre y muchas drogas). Pero cuando llegó el
momento de la música, los Pistols no dudaron en exhibir su actitud. Ningún veto
de las radios paliaría el escándalo causado por su atrevimiento. Tampoco se
hizo esperar la respuesta policial. Rápidamente rodearon el bote y comenzaron a
acosar al evento. La banda y sus tripulantes contestaron con una actitud
cercana al frenesí. Los azuzaron, pero no los asustaron.
Finalmente, la policía logró entrar en el bote y
cortar la corriente. La fiesta había terminado, y tras una serie de
confrontaciones, el bote fue desalojado, y la banda, junto con sus invitados,
fueron detenidos. El viaje fue un éxito. La reacción de la prensa no se hizo
esperar, y los Pistols cumplieron con su cometido: escandalizar a la sociedad británica..
Bastaron tres canciones (entre las que no estuvo la dichosa God Save the Queen) para llevar la furia
de su generación, aquella a la que Richard Hell llamara por la misma época Blank Generation, a la vista de todos. Una
vez más, los punks se habían salido con la suya.
Setlist:
1. Anarchy in the UK.
2. Pretty Vacant.
3. Problems.
No comments:
Post a Comment