Sunday 11 December 2016

Después

Era un día como cualquiera, la misma rutina. Aquel día me había despertado con demasiada flojera. A pesar de que se me había hecho tarde yo hacía todo con calma, total si ya era tarde pues había que aprovecharlo.

    Al salir de mi hogar tomé el camión. Miraba por la ventana y veía a la gente muy apresurada, hasta que por simple coincidencia mi mirada se tornó a la mujer que iba subiendo: era una mujer bella, con unos ojos hermosos y una sonrisa que atraía todas las miradas. Fue fácil suponer que no se sentaría a mi lado, incluso ni voltearía a verme pero para mi sorpresa hizo ambas. De hecho cuando se sentó junto a mi me sonrió y yo le respondí con una sonrisa torpe.

     Los minutos pasaban y ella sacó una cosmetiquera de su pequeño bolso, del cual tomó un objeto muy curioso. Era un palo muy delgado con un líquido negro que se acercó con mucha delicadeza al ojo izquierdo. Lo primero que pensé al verla fue si no se lastimaba, pero creo que no sólo lo pensé porque comenzó a reír, e inmediatamente lo negó argumentando que ya tenía práctica. Con esas palabras comenzamos una gran charla sobre nuestras ocupaciones. ¿Quién iba a pensar que trabaja muy cerca de donde yo lo hago?

     Llegó la hora de que se bajara y lo hizo soltándome un cálido "te veo después". Por un momento creí que mi vida cambiaría pero jamás imaginé que aquellas palabras se desvanecerían tras un estruendoso golpe que cerraría sus ojos para siempre.


Brenda Ramos y Adriel Reyes

No comments:

Post a Comment