Monday 21 November 2016

El imperio detrás de las cortinas

Storytelling


Todos saben de "la historia oficial", pero nadie habla de los sentimientos de los gobernantes. En 1867 las cosas no iban bien para el segundo imperio. El emperador Maximiliano sospechaba una traición dentro del castillo.

Las personas que lo miraban notaron su extraña actitud, pero pensaban que era por la inminente lucha libertaria. Y en cierta forma de eso se preocupaba, pero lo que verdaderamente turbaba su mente era que Carlota estaba recibiendo obsequios "secretos".

Miguel Miramón se acercó como amigo, atreviéndose a cuestionar la actitud del emperador, así fue como el gran Maximiliano pudo liberar la presión sobre sus hombros y su corazón. Miramón quedó perplejo pero le dio muy poca importancia, y le pidió a Maximiliano que se concentrara en la lucha.

Un día muy cercano,  mientras se disponía a tomar una siesta antes de planear una buena estrategia, así que se dirigió a su habitación. Al momento de entrar a su habitación sucedió la verdadera tragedia, casi se le detenía el corazón al encontrar a su esposa con su peor enemigo, Juárez. 

Decidió tomarlo con calma incluso esconderlo, peleó contra Carlota, por supuesto contra él mismo, pero su amor no murió, se torturaba pensando en cual había sido su error, qué había llevado a Carlota a cometer tan grande traición. 

Su gran concentración en el problema emocional ofuscaba su mente, sus estrategias ante la lucha por el poder del país pasó a segundo plano. A pesar de las opiniones de los demás, para él ya no importaba nada, ese despecho lo destruyó y simbolizó su fin. 

Sucumbió ante el enfrentamiento, perdió la batalla, la guerra y la vida. Carlota al ver la magnitud de su traición se cuestionó si había actuado por mero impulso, o si en verdad estaba enamorada, porque claramente para Juárez sólo había sido una estrategia.

Al verse completamente sola, dejó de tener uso de razón, se había vuelo totalmente loca, ese fue su terrible final. Lo menos que se merecía por haber faltado a su juramento.

Stephanie Garfias y Diego Aguilar.

No comments:

Post a Comment