Monday 21 November 2016

Storytelling: Un día normal, o no...

Por: Paola Argüelles

El día era normal. Me encontraba yendo a mi trabajo tarde, como de costumbre. Pasé por las mismas calles de siempre e hice la parada habitual por mi café. Pedí el mismo de siempre.
ya en el trabajo, por desgracia no había nada nuevo e interesante. Me encontraba sentada en mi cubículo haciendo lo mismo de todos los días. Cómo todos, solo esperaba la hora de la comida en la espera de algo nuevo aunque de seguro no pasaría nada de interés.

Me encontraba ya comiendo en el lugar habitual, al lado de la misma gente. Todo seguía igual, ya estaba cansada de esta situación, así que salí del lugar para tomar aire que no me sofocara. Tomé asiento bajo un árbol que aunque estaba rodeado de avenidas y edificios era algo diferente y empezaba a sentirme animada.

Estaba ya fuera de esta tediosa rutina, estaba aliviada. Entonces escuché a alguien gritar así que volteé a donde esa persona veía y me percaté que mi día lleno de aburrimiento empezaba a cobrar otro sentido. Un hombre estaba por aventarse de uno de los tantos edificios, tal vez el más alto de todos. En seguida de comenzó a juntar la gente para intentar auxiliar al hombre que amenazaba con acabar con su vida, otros querían solo presenciar el chisme.
Estaba intrigada por lo que pasaría Volteaba a ver al hombre, a las personas gritando y a los coches parando el tráfico por ver el espectáculo y entre más tensa se tornaba la situación no hice más que cerrar los ojos. En eso, se escuchó un pequeño y vacío estruendo así que yo solo me lamenté por a actual situación del individuo, pero no se oían gritos ni gente alarmada o corriendo, solo se volvió a escuchar otro golpe, seguido de otros más. Me decidí a abrir los ojos.


Los coches circulaban con normalidad, la gente caminaba normal por las calles, vi hacia arriba, hacia abajo y a los lados, el hombre del edificio no estaba, es decir, no existía. Tan solo me había quedado dormida y los repetidos golpes provenían de la pelota de un niño golpeando una reja. Fue un sueño, pero ahora ya no era un día como los demás.

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