Thursday 17 November 2016

FUERA DEL AGUA



La vida de este niño transcurría aburrida y triste, pues no tenía amigos y sus padres nunca estaban en casa. Su nombre era Bango.
Bango vivía  cerca de una costa, y desde muy pequeño soñaba con acercarse al mar. Sin embargo, sus padres se lo tenían prohibido, porque aún era un niño.
Un día Bango estaba realmente aburrido y no sólo eso, estaba tan enojado que no sorportaba un momento más dentro de su casa. El pequeño niño acaba de discutir con sus padres. Ellos no le habían comprado el juguete que él quería. Así que furioso, Bango encontró la forma y escapó de su casa.
-¡Por fin, el mar!- exclamo cuando llegó a la orilla de la costa.
Jugó durante un rato, hizo castillos de arena y caminó hasta encontrar un arrecife. Ahí fue donde encontró a Zapir. Ése fue es el nombre que le puso al pequeño pez que nadaba por ahí y al que adoptó como su nuevo amigo.

Más tranquilo y feliz por la rebeldía cometida, Bango regresó a casa, ahora con la compañía de Zapir. Muy emocionado, el niño busco un hogar para el amigo, y encontró un florero con forma de pera donde el pez apenas podía nadar. Se sentía prisionero y más sólo de lo que el propio Bango se sentía en esa casa donde todo el día estaba solo.
Pasó una semana de está amistad unilateral. Bango pasaba horas platicando a Zapir sobre esto o aquéllo, ponía la jarra donde vivía el pez a su lado cuando veía la televisión y festejaba con él cuando ganaba en algún videojuego. Bango se sentía feliz, pero Zapir nunca lo fue.
El pobre pez extrañaba su casa y a los otros peces del arrecife. Zapir poco a poco fue sintiendose más triste y más solo, ya ni siquiera comía.  Él sólo quería regresar a su casa.
Así fue como un día cuando Bango desperto, Zapir no lo hizo más. El pez como el niño de su casa, trato de escapar muchas veces de la pecera,  pero nunca lo logró.
A final, la tristeza de Bango regresó , pues perdiendo su único amigo,  de nuevo sólo se quedó.

Andrea Vázquez Saindon

No comments:

Post a Comment